viernes, 24 de julio de 2009

Gato gallego

Una pequeña aldea cercana a Finisterre. El camino es suyo, el lugar le pertenece; eso no significa que se extrañe con la presencia de un coche perdido que busca una salida. Él está acostumbrado a los turistas. Simplemente, mira sereno a la conductora como diciéndole: "el camino es mío, tendrás que buscar otra salida porque no pienso moverme". Y la conductora reconoce que el gato tiene razón, y se da media vuelta.

1 comentario:

hatoros dijo...

SE DESPIDIÓ INCLUSO LO SÉ