Salvaje, como los caballos.
Desde Malpica a Finisterra, el mar y la tierra juegan, se enamoran y se enfadan.
¿Serenidad?
Faros que ya siempre imagino habitados por un fotógrafo que, metido a pintor, se dedica a dibujar sus miedos en las paredes interiores...
En lo que llevamos de año, han muerto en la Costa da Morte cuatro personas, tres extranjeros, y una gallega. Además, un vecino de la zona lleva un mes desaparecido. Pescadores, buzos, turistas... Todos en el mar. El mismo mar que enamora y mata.
La playa Muxía. Donde un dálmata corre atravesando las aguas.
El cabo Touriñán.
Y la necesidad de arrastranos. El brillo: el egoísmo. La ausencia: lo perdido. El hogar: a nuestras espaldas.
El camino eterno, que no finaliza en Santiago.
1 comentario:
Ui, me suena todo esto: http://lh5.ggpht.com/_9w60I_y6vQ4/SippV31_3HI/AAAAAAAAD1E/1iXe1slPn8g/s512/dsc03629.jpg
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