martes, 2 de noviembre de 2010

De Clark Kent a Mary Poppins 12: Mom

Mi garganta se ahoga en miel y paso la frontera del primer mes con tos y carraspeo. Y sin apenas voz. Es 2 de noviembre y mientras unas mellizas celebran juntas su cumpleaños, (Happy Birthday, cousins) yo no puedo remediar acordarme de las velas que ya no se soplan. 
Es ya noche cerrada, aunque no sea noche. Son los efectos del cambio horario. La mente me traiciona, una vez más, y justifico lo extraño con un "I going to" que no sabré diferenciar de un "I will" más verbo en infinitivo. El futuro se me escapa porque ya no sé qué quiero. Como casi todos. O más o menos. 

Solo espero que no haya placas y que la miel con limón (y whisky, ¿por qué no?) me devuelvan la voz, en español o inglés, y deje de sentirme al caer la noche una sirenita en busca de un apuesto caballero odiando a Ursula, que de pulpo pasó a ser medusa.


La mala garganta me acompaña desde niña. Recuerdo a mi madre despertándome para darme la medicina, ponerme el termómetro y colocar en mi frente un pañuelo mojado en agua. Crecer es que mamá ya no te ponga pañuelos en la frente y sean a ti, sin ser madre, a quien se abracen en mitad de la noche cuando las pesadillas acechan a una niña que, a ratos, en lugar de madre tiene au pair.
Pero mañana, a esta misma hora, estará ya aquí mi madre, my mom, acompañada de sus dos fieles escuderos, y, a pesar de ello, good friends. Y qué ganas. Welcome to IRELAND...
Y yo podré ser de nuevo una niña. Aunque sólo sea por un rato. 

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