domingo, 11 de abril de 2010

Tres días en Eurodisney: "Acabamos de descubrir el periodismo feliz"

Ángela debate. Sobre una cama cubierta con una colcha verde llena de pequeños Mickeys, observa sus bolígrafos nuevos y piensa a quién va a regalarle cada uno. Mickey, Minnie, Donald, Daisy, Pluto, Goofy; los protagonistas.
Hay un amigo en mí. Llevamos cuatro horas en el parque de Disneyland París, a gasto pagado, en nuestro primer viaje de prensa al extranjero, y estamos emocionadas.

Se presenta la nueva temporada: la New Generation. Somos unos setenta periodistas españoles y más de 1.000 entre los procedentes de todo el mundo (Con tanto periodista suelto, normal que no encontremos trabajo).

Retrocedemos. Varias horas antes: Ángela y yo aún no hemos entrado en el parque. Acabamos de llegar al hotel "New York", el segundo más caro del recinto temático (Mientras el ascensor se eleva, suena jazz). En la mente tenemos uno de nuestros últimos viajes, una habitación en Praga tan cutre que tuvimos que utilizar las cortinas como sábanas. Nuestra habitación en París es tan grande que tenemos dos camas de matrimonio, un escritorio, una mesa amplia y varios muebles. Primera impresión: Desde nuestros ventanales, vemos el parque iluminado.
Cenamos en el mundo de Aladín. Regresamos de madrugada. Ángela dice: "Acabamos de descubrir el periodismo feliz... cuando seamos súper periodistas, contamos nuestras aventuras de becarias". Antes de echarnos a dormir, nos dedicaremos a saltar de cama en cama. Estamos en Disney, un mundo ideal, podemos permitirnos hacernos las crías.
Hakuna Matata. Seguimos saltando de cama en cama. 

Son las 9.45 y el día, frente a todo pronóstico, amanece soleado. El programa es completo. Preparaos... Silbando al trabajar.
Cuando a mediodía, Mickey nos invite a comer a su casa, ya nos conoceremos los estudios, habremos escuchado bandas sonoras de las películas de Disney en varios idiomas y nos habremos montado en más de una atracción. El ascensor se llevará la palma. Nos conquista el botones: Eres tú mi príncipe azul.

A la tarde, un desfile de coches visto desde la zona privilegiada. Fotos al encuentro con los personajes de nuestra infancia. Yo busco a Mary Poppins. Y, con un poco de azúcar, la encuentro.

Adventureland, Frontierland, Fantasyland, Discoveryland y Main Street. La casa de Blancanieves, la ciudad de los niños perdidos, el mar donde buscar a Nemo, la carroza de Cenicienta, trasanlánticos, cuevas, un barco en el Caribe lleno de piratas, astronautas, coches de carrera, el laberinto y Alicia, un pequeño mundo, montañas rusas... Pretty Woman cantado por princesas, un baile de malas. Ratatouille, Lilo y Stitch, Tiana.
Niños con la boca abierta y padres con sonrisas eternas mirando a sus niños.

La última noche nos abren los estudios sólo para los periodistas. Llenan un pabellón inmenso de comida disfrazada de cine. Qué festín. Nos acomodan las atracciones a nuestros gustos. Nos ofrecen, bajo el mar, un macro espectáculo con todos los personajes incluidos. No quiero volver a la realidad. Quiero seguir viviendo en este mundo de cuentos. Lo más vital... aquí, lo encontrarás.

Muchas más fotos AQUÍ.

6 comentarios:

Fernanda Muslera dijo...

¡Yo quiero el periodismo feliz!

hatoros dijo...

¡COMO ME GUSTA LEERTE!
¡FUERA TRISTEZA!
BESOS AMIGA

Multe dijo...

jajaja me encanta...
Este año voy a clase con un grupo de 1º, y a veces escucho la típica pregunta de '¿por qué estudio periodismo?'... les pasaré tu blog para que sepan porqué estudian periodismo, porque en esas condiciones uno olvida todas las dudas y los malos momentos pasados en la carrera, en las prácticas y en las malditas horas perdidas con profesores inútiles...

Patricia Gardeu dijo...

Multe, dí que sí... Periodismo siempre y a pesar de lo maaaalo... jajaj... y, chicos, si es feliz, pues mucho mejor.

Ángela dijo...

jooo, yo quiero más periodismo feliz... :(

Patricia Gardeu dijo...

Ja, ja, ja... tú no te preocupes niña, que seguro que encuentras más happy journalism!!! No desesperes!!