jueves, 18 de marzo de 2010

Sonrisas

Acabó el día y el maleficio. Lo empecé a regañadientes y lo termino con sonrisas y amigos. Porque en las balanzas hay que autoimponerse que lo bueno pese más. 
Gente que te recuerde que las palabras claras son mejor que la literatura mala. Llamadas que te den sorpresas y te propongan aventuras. Vida compartida y no memoria equivocada.
Madrugones y periodismo. 
El día temido, la resaca de la raya de ojos impuesta para ser quien no se es, se evapora. Le sustituyen una nota ansiada, un viaje regalado, un abrazo oculto, un charco inoportuno, una mirada fija, un punto sobre la i. 
Porque irse a dormir con sonrisas es mucho mejor que irse a dormir con lágrimas. 

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