Palabras absurdas derramadas sobre papeles en blanco. Reflexiones apresuradas como si la vida fuera a resolverse atendiendo a las letras impulsivas. Radicalismos que se disuelven como la sal en el mar, dejándote arrugada la piel. No entiendo nada porque hasta el sentido deja de tener sentido. No importa. Son sólo sueños. Y a veces despertar es terrible. No sé nada y las horas avanzan. El tiempo es otro horrible invento. Con las palabras nos descomunicamos. Y ni siquiera sé si existe esa palabra. Pero, ¿qué más da? No interpretamos ni ordenamos el caos, era mentira. Odiosos impulsos, odiosas palabras que confunden a los pensamientos. Malinterpretaciones constantes. Indescripciones. Agravios. Blancos.
¿Sos española?, me preguntó el uruguayo
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"*La utopía está en el horizonte*. Camino dos pasos, ella se aleja dos
pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve
la utop...
Hace 7 meses
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