Palabras absurdas derramadas sobre papeles en blanco. Reflexiones apresuradas como si la vida fuera a resolverse atendiendo a las letras impulsivas. Radicalismos que se disuelven como la sal en el mar, dejándote arrugada la piel. No entiendo nada porque hasta el sentido deja de tener sentido. No importa. Son sólo sueños. Y a veces despertar es terrible. No sé nada y las horas avanzan. El tiempo es otro horrible invento. Con las palabras nos descomunicamos. Y ni siquiera sé si existe esa palabra. Pero, ¿qué más da? No interpretamos ni ordenamos el caos, era mentira. Odiosos impulsos, odiosas palabras que confunden a los pensamientos. Malinterpretaciones constantes. Indescripciones. Agravios. Blancos.
Vargas Llosa, “perplejo”, al recibir el Premio: “No sé por qué me lo han
dado”
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El escritor *Mario Vargas Llosa* recibió ayer, en el Auditorio del
Revellín, el *Premio Convivencia*. En su discurso aludió a una pregunta
realizada ...
Hace 2 meses
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