miércoles, 16 de octubre de 2013

La gatita mamá


Siempre estaba allí. Bueno, no siempre. A veces, cuando alguien pasaba por la zona, su "casa" estaba vacía. Un día alguien le puso una cajita cerca de los contenedores de basura. Otro día le bajaron una manta. Los 'pocillos' para la comida, para el agua... Entre todos los vecinos la alimentaban. Pero la gatita no paraba de quedarse embarazada. Cada bebé que se llevaban de su lado era un sufrimiento, aunque al mismo tiempo era una esperanza para un cachorrito que parecía iba a criarse al amparo de un hogar en lugar de malvivir por las calles. Los vecinos pensaron en castrarla entre todos, en llevarla a la 'prote', en buscarle una familia... Pero a las gatas adultas es difícil que las quieran, por muy cariñosas que sean, como lo era esta. Es probable que cuando dejó de ser una 'graciosa' cahorro alguien la abandonara... 

Ayer su casa estaba vacía. La gatita mamá apareció muerta cerca de los contenedores de basura. No se sabe de qué ni quién pudo hacerle daño. Es respetable a quien no le gustan los animales, pero no lo es quien los daña. Hace poco vimos como a una gatita medio moribunda la pisoteaban por las calles, le daban con bolsas de la compra, la ignoraban como si fuera un papel tirado... Aquella gatita, hoy Nala Miau, sobrevivió y ahora está con la mejor de las mamás humanas. Pero esta gatita, la mamá mudita porque apenas emitía un maullido leve, no pudo tener familia. Quedará en el recuerdo, en las flores que alguien bueno ha puesto en su casa vacía, en su placa-piedra, en nuestras almas. Pero no seremos personas hasta que a ellos no los tratemos con la misma dignidad y respeto que exigimos para nosotros. 


Gatita mamá, hace unos días, con sus bebés. Dulces sueños, gatita.

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