lunes, 24 de octubre de 2011

Kit Kat


Literalmente, sin tiempo para respirar. Pasa todo tan deprisa que no me da tiempo. No me da tiempo a escribir lo que quiero escribir, a cuidar lo que tengo que cuidar. A hacer las cosas que la gente normal hace. A poner lavadoras. A ver una película. A hablar con mis amigos. A dormir. A tener vida. Llevo hoy más horas delante del ordenador que en un día normal de redacción. Porque trabajo, precisamente, es lo que tengo acumulado. No asimilo. Necesito un kit-kat. Tampoco aquí tengo tiempo para escribir más.

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