martes, 27 de octubre de 2009

El desaliento


El desaliento. Los cortes en las manos que no dejan de sangrar.

Manchas de tinta, borrones y la hoguera de las vanidades como única salvación.

Las sombras van aumentando, proyectándose en los túneles cada vez a mayor tamaño.

Pisadas, empujones y proyectos de polvo.

Canciones que habitan en la melancolía. El olvido que no existe, el fracaso, la traición traicionera.

La absurda y gris paciencia. La cuerda locura del deseo.

La incomprensión constante que lo abarca todo, que ahoga, que provoca de todo menos esa indiferencia.

Los pensamientos de negras vías acompañados de aullidos agudos de gatos abandonados.

Un nuevo intento, una nueva ilusión y un verso. Como si acaso, quedarse a dormir con la esperanza, no fuese una mentira.


"Me levanto temprano, moribundo. Perezoso resucito, bienvenido al mundo. Con noticias asesinas me tomo el desayuno. Camino del trabajo, en el metro, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos".

1 comentario:

hatoros dijo...

ERES UN MONSTRUO ESCRIBIENDO
GRACIAS BESOS