Tengo un poco de frío. El cielo anda algo nublado. Mis pies juegan con las piedras. El mar canta. Unos críos extranjeros juegan en la orilla. También yo soy extranjera en esta playa italiana en la que acabo de darme el primer baño del verano. El lugar es impresionantemente bonito. Antes de sacarle una foto, intento retener en mí su sonido y su olor.
El frío intensifica mis sensaciones. Y después, el momento se pasa.
Como tantas otras cosas, tampoco puedo controlar la fugacidad. Por más que me esfuerzo en detener el tiempo, al final, él siempre gana la última batalla.
A veces, intento confiar en mi capacidad para hacer eternas las cosas que quiero, pero nunca lo consigo. Me gustaría creer que soy capaz de fijar mis pies en la tierra y mi mirada al mar. Y me gustaría sentir que soy capaz de rodearme de gente para siempre, creer en las promesas, en los amores, en los besos, en los amigos, en los abrazos. Y me gustaría saber que hay ciudades sin fecha de caducidad, que hay lugares de los que no necesitaré jamás marchar.
Pero soy incapaz de creer en la eternidad; lo intento, pero la realidad me resulta siempre efímera, me traiciona, me desestabiliza.
No puedo apartar de mí la palpitación de que todo, irremediablemente, es pasajero.
"Somos aves de paso que volamos por instinto", escuché en algún lugar...
El frío intensifica mis sensaciones. Y después, el momento se pasa.
Como tantas otras cosas, tampoco puedo controlar la fugacidad. Por más que me esfuerzo en detener el tiempo, al final, él siempre gana la última batalla.
A veces, intento confiar en mi capacidad para hacer eternas las cosas que quiero, pero nunca lo consigo. Me gustaría creer que soy capaz de fijar mis pies en la tierra y mi mirada al mar. Y me gustaría sentir que soy capaz de rodearme de gente para siempre, creer en las promesas, en los amores, en los besos, en los amigos, en los abrazos. Y me gustaría saber que hay ciudades sin fecha de caducidad, que hay lugares de los que no necesitaré jamás marchar.
Pero soy incapaz de creer en la eternidad; lo intento, pero la realidad me resulta siempre efímera, me traiciona, me desestabiliza.
No puedo apartar de mí la palpitación de que todo, irremediablemente, es pasajero.
"Somos aves de paso que volamos por instinto", escuché en algún lugar...
4 comentarios:
No quiero que te vayas... no quiero que esto se acabe... ya puedes ir pensando en nuestra proxima aventura, JUNTAS!
esa playa es capri?
Mis ánimos más sinceros para pasar esta etapa tan jodida para todos... al fin de cuentas es lo bonito de esta experiencia, que por lo breve que es se convierte en especial.
Un abrazo!
¿sabías que el frío modifica la trayectoria de los peces?
LA VIDA ESTÁ HECHA DE FUGACES HECHOS QUE NO VUELVEN
PERO OTROS HECHOS FUGACES ESPERAN A SER ATRAPADOS Y DE MUCHOS NO NOS DAMOS CUENTA, MI QUERIDA AMIGA ZEN
JODER, OTRO ABRAZO POR LO BIEN QUE ESCRIBES Y POR LO BIEN QUE LO PASO LEYENDOTE PORQUE HACES QUE VEA LO QUE TÚ VES Y GRACIAS, COJONES
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