viernes, 6 de junio de 2008

Rimas y bonometros

A principios de curso leí, de Viktor Frankl, El hombre en busca de sentido. Hoy, a finales de curso, mientras vuelvo a casa, leo en una revista un reportaje que recurre al citado libro. Si doto de sentido este paralelismo, lo puedo relacionar con un modo circular de ver el curso académico, un modo, como también podía ser otro.

Hoy he hecho el primer examen, ¿es casualidad que sea de Historia? Probablemente no. La vida rima, dicen.

El aprendizaje ha sido largo, las ilusiones están renovadas, los cambios son patentes. Las ganancias superan el anhelo. La magia envuelve el drama. La soledad del amor perdido. La despedida vital sobre los hombros. La complicidad de los silencios compartidos. Dispersiones, preguntas y encuentros. Rumbos que no llevan a puertos marítimos. Me gusta combinar palabras.

Vivir consiste en sumar bonometros. Y en algo más.

Dotamos de sentido a lo que no lo tiene, inventamos lo que a la vida se le olvidó. Plagio la frase, que ya es más mía que de la autora de tanto que la repito.

De octubre a junio. Es mentira que el año empiece en enero. Suspira en septiembre, abre los ojos en octubre y va creciendo y madurando hasta el verano, donde es comido como un melocotón. Eso es un año, y éste ha sido especial. Especial por sus grandes males y sus grandes bienes, por sus excesos, por sus enseñanzas. Por sus extremos.

Cómo no sentir miedo aún sabiéndolo absurdo. Cómo controlar la inquietud y la añoranza aún comprendiéndolas necesarias. Cómo no perder lo ganando. Cómo permanecer en la presencia invisible. Cómo no parecer ni ser estúpida. Cómo no temer constantemente. Cómo fiarnos de las palabras.

He aprendido a no buscar soluciones para las preguntas, y a buscar preguntas para las soluciones demasiado fáciles. Claro que la vida rima. Lo único es que a veces lo hace con ripios patéticos e inútiles, y otras, con hermosos versos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"No se camina por llegar sino para vivir caminando". Goethe