lunes, 26 de abril de 2010

Un robo, uno más


Tres y cuarto de la tarde. Hora punta en el metro de Madrid. Un miércoles. Línea céntrica.
Un joven de origen chino acarrea una pesada maleta. Le cuesta subirla al metro. Un hombre, de unos cuarenta años, de apariencia cotidiana -vaqueros y camisa, informal pero arreglado- le ayuda a subir la maleta.
Entran ambos en el metro. Y mucha más gente, también. No hay hueco para un cuerpo más.
Hasta aquí todo cotidiano. 
Entonces, alguien, desde su asiento, grita: «¡Te están robando!»
El hombre chino, que no debe hablar demasiado bien español, sin estar demasiado convencido de si ha entendido, se lleva las manos al bolsillo.
«¡Euro!, ¡Euro!», empieza a gritar.
Se inicia el revuelo. «Le acaban de robar», grita uno. «Tiene el dinero en el bolsillo», apunta otro. «Yo lo he visto», añade alguien más.
Según acusa la joven, el buen samarito que ayudó al hombre chino a subir la maleta no era tan bueno y aprovechó el acercamiento para robarle la carrera. Táctica habitual.
Varios usuarios bloquean la puerta para impedir que nadie entre ni salga. Voces gritan que se llame a la policía. Ésta no llega.
La gente que está en el andén empieza a curiosear: «¿Qué ha pasado?». Los usuarios siguen en plan ajusticiero. Por fin llega la policía y se llevan al presunto ladrón y al presunto robado. Las puertas se cierran y el metro, cotidiano, continúa su marcha.
Las conversaciones dentro del vagón entre los desconocidos versan sobre robos: «A mi me abrieron la cremallera del bolso con un imán», dice una. «A mí me atracaron en el cajero», añade otra. «Yo no me atrevo ni a llevar diez euros en el bolso», una tercera.

jueves, 22 de abril de 2010

Un programa para el Día 23



El italiano Italo Calvino leído por el peruano Fernando Iwasaki, el francés Albert Camus analizado por el colombiano Juan Gabriel Vásquez; y los argentinos Jorge Luis Borges y Julio Cortazar, de la mano de los españoles Agustín Fernández Mallo y Benjamín Prado.


Cuatro iconos analizados desde la otra orilla. De ahí que el acto se llame "América y Europa. Literatura de ida y vuelta". El lugar de reunión será en la Casa de América mañana, 23 de abril, a las siete y media de la tarde. La excusa para hablar de literatura, la celebración del Día del Libro, que Madrid festejará con su ya tradicional «La Noche de los libros» .

En estos momentos de lecturas electrónicas, de e-books, aún existe un hueco para dedicar un día al (des)preciado objeto. Una jornada que ofrecerá una gran variedad de actividades relacionadas con la literatura, además de un 10% de descuento en todas las librerías de Madrid. Más de 150 librerías se sumarán al acto con una programación repleta de actividades lúdicas y educativas.


Encuentros, firmas, tertulias, debates, conferencias, proyecciones, talleres de escritura... Como se puede ver en el detallado programa, de 32 páginas, hay mucho dónde elegir. Un programa, por cierto, decorado con citas como: "...cuando termino un libro ya estoy deseando escribir el siguiente para saber qué pasará". La frase es de Donna Leon. Menos mal que para nosotros sí hay más libros a parte de sus novelas de misterio veneciano...

Y como el tiempo es oro, y la mayoría de las actividades se pisan, yo, después de leerme el programa, he optado (d momento) por hacerme el siguiente programa: 

18.00 horas, Café Gijón (Paseo de Recoletos, 21)
TERTULIA: "Umbral: vida y obra. Los primeros tiempos del café"
(Aunque teniendo en cuenta que uno de los tertulianos es Ramoncín, igual dimito. Los otros tertulianos son: Juan Luis Galiardo, Jorge Urrutia y Javier Villán)

Otra opción: 18.00 horas, Real Jardín Botánico (Plaza de Murillo, 2)
TALLER: Literatura de viajes. 

19.30 horas, Casa de América (Plaza de Cibeles, 2)
CONFERENCIA: "América y Europa. Literatura de ida y vuelta" (Sí, la de Calvino, Borges... A éste, voy fijo)

21 horas, Fundación Alianza Hispánica (San Pedro, 22)
RECORRIDO: Homenaje a Miguel Hernández. Recorrido poético por el barrio de las letras. (Yo quiero ser llorando el hortelano... lo que lo vamos a llorar este año, verás...)

O si no... 21.15 horas, Biblioteca La Celestina (Príncipe, 17)
DRAMATIZACIÓN: El Cuervo, de Allan Poe, a cargo de Eduardo Mac Gregor


22.00 horas, Real Casa de Correos (Puerta del Sol, 7)
CONFERENCIA: Donna Leon. "La gran dama del crimen habla de su relación con la literatura" (¿Hablará también de su relación con Venecia?)

00.00 horas, Círculo de Bellas Artes (Alcalá, 42)
CONCIERTO y LECTURA: "Ha entrado un pájaro por la ventana". Krimen Uribe y Quique González.

viernes, 16 de abril de 2010

Por los aires

Dos años.
Un mes.
Cinco meses y una semana.
Por ejemplo.
Haciendo cuentas siempre, para atrás, para adelante. Volver, pisar el mismo camino. Equivocarse sabiendo que se falla.
Masoquismo en su pura esencia.
Cinismo. Ante la evidencia.
Chamarra roja, chaquetón rosa. Blusa azul, blusón burdeos.
Un año y un mes. Los mismos cafés, ya fríos. Las mismas sonrisas, ya mentirosas.
Una mesa marrón, una mesa verde. Otras muchas mesas.
Desorden absoluto. Como presintiendo la inexactitud, el abandono, la incomprensión, el egoísmo, la pesadez, los nervios cuando no se controlan.
Abril, hoy. Un año, dos años. Y así... ¿tres años? cuatro, cinco... la vida sigue, si no te estrellas.
Evidente, claro. Si lo oyes, si lo omites, si lo olvidas. Si te olvidas, si me olvidas, si te olvido, si nos olvidamos, si lo olvidamos. Es lo que tiene el tiempo, lo que tienen las memorias, las bandejas de entrada, las fotos, los pasillos, los carteles, los pensamientos, la tarde azul... y la noche, que nunca fue eterna.
Dos caminos. Cuatro tiempos, lo antagónico.
Lo prometí, pero no lo cumplí. Como siempre. No se detuvo el tiempo. Y ni siquiera fue hacia adelante. Ayer, sí, quizás. Hoy hacia atrás. Mañana se repite. Y así, a saltos. Incomprensible. Sin soluciones. Y triste, siempre triste. Y traicionero. Y único, y bello. ¿El tiempo? Sí, y todo lo demás.
Por los aires, como en la película. Lo intento, pero la vida no es un cine.
Dos años, por ejemplo.
Un mes.
Cinco meses y una semana.
Quizás. Ayer, o mañana, u hoy.

domingo, 11 de abril de 2010

Tres días en Eurodisney: "Acabamos de descubrir el periodismo feliz"

Ángela debate. Sobre una cama cubierta con una colcha verde llena de pequeños Mickeys, observa sus bolígrafos nuevos y piensa a quién va a regalarle cada uno. Mickey, Minnie, Donald, Daisy, Pluto, Goofy; los protagonistas.
Hay un amigo en mí. Llevamos cuatro horas en el parque de Disneyland París, a gasto pagado, en nuestro primer viaje de prensa al extranjero, y estamos emocionadas.

Se presenta la nueva temporada: la New Generation. Somos unos setenta periodistas españoles y más de 1.000 entre los procedentes de todo el mundo (Con tanto periodista suelto, normal que no encontremos trabajo).

Retrocedemos. Varias horas antes: Ángela y yo aún no hemos entrado en el parque. Acabamos de llegar al hotel "New York", el segundo más caro del recinto temático (Mientras el ascensor se eleva, suena jazz). En la mente tenemos uno de nuestros últimos viajes, una habitación en Praga tan cutre que tuvimos que utilizar las cortinas como sábanas. Nuestra habitación en París es tan grande que tenemos dos camas de matrimonio, un escritorio, una mesa amplia y varios muebles. Primera impresión: Desde nuestros ventanales, vemos el parque iluminado.
Cenamos en el mundo de Aladín. Regresamos de madrugada. Ángela dice: "Acabamos de descubrir el periodismo feliz... cuando seamos súper periodistas, contamos nuestras aventuras de becarias". Antes de echarnos a dormir, nos dedicaremos a saltar de cama en cama. Estamos en Disney, un mundo ideal, podemos permitirnos hacernos las crías.
Hakuna Matata. Seguimos saltando de cama en cama. 

Son las 9.45 y el día, frente a todo pronóstico, amanece soleado. El programa es completo. Preparaos... Silbando al trabajar.
Cuando a mediodía, Mickey nos invite a comer a su casa, ya nos conoceremos los estudios, habremos escuchado bandas sonoras de las películas de Disney en varios idiomas y nos habremos montado en más de una atracción. El ascensor se llevará la palma. Nos conquista el botones: Eres tú mi príncipe azul.

A la tarde, un desfile de coches visto desde la zona privilegiada. Fotos al encuentro con los personajes de nuestra infancia. Yo busco a Mary Poppins. Y, con un poco de azúcar, la encuentro.

Adventureland, Frontierland, Fantasyland, Discoveryland y Main Street. La casa de Blancanieves, la ciudad de los niños perdidos, el mar donde buscar a Nemo, la carroza de Cenicienta, trasanlánticos, cuevas, un barco en el Caribe lleno de piratas, astronautas, coches de carrera, el laberinto y Alicia, un pequeño mundo, montañas rusas... Pretty Woman cantado por princesas, un baile de malas. Ratatouille, Lilo y Stitch, Tiana.
Niños con la boca abierta y padres con sonrisas eternas mirando a sus niños.

La última noche nos abren los estudios sólo para los periodistas. Llenan un pabellón inmenso de comida disfrazada de cine. Qué festín. Nos acomodan las atracciones a nuestros gustos. Nos ofrecen, bajo el mar, un macro espectáculo con todos los personajes incluidos. No quiero volver a la realidad. Quiero seguir viviendo en este mundo de cuentos. Lo más vital... aquí, lo encontrarás.

Muchas más fotos AQUÍ.

sábado, 10 de abril de 2010

Continuar...

"Antes nos mirábamos a los ojos y nos sentíamos las mismas personas...
Gracias a Dios o a lo que mierda fuese, la angustia se transformó en dolor,
y con mucho esfuerzo más, logré que el dolor se convirtiera en tristeza,
y después de muchos meses pude despertar un día sin sentir que me faltabas
y estaba todo bien.
Lo que pasamos no lo vamos a volver a pasar en la vida.
Yo te quiero y daría lo que no tengo por arrancar de cuajo ese dolor que tenes.
Pero hoy, de esa manera, no estoy."

NO SOS VOS, SOY YO