"Hay un principio para cada episodio de la vida, como hay un final, pero nadie es capaz de reconocerlo cuando se presenta, quizá porque vivir consiste en perder a menudo, ganar de vez en cuando, pero casi nunca en saber. Amamos sin razones, y sin razones, también, caemos en la indiferencia. Partimos, creyendo que la despedida ha sido consumada, para descubrir que el adiós aún sigue ahí, lento y desgarrador, inexplicable. Con igual falta de peripecia confundimos la nostalgia por un sentimiento con el sentimiento mismo. No creo que el conocimiento acerca de lo que uno siente mitigue el dolor o intensifique el goce. Más bien al contrario, porque aleja del que sufre la esperanza e introduce en la felicidad el germen de la duda. Pero algo te da: la posibilidad de renacer entre las ruinas."
Un calor tan cercano, Maruja Torres.
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