Volver -ya ni me acuerdo- de vacaciones se me hizo cuesta arriba. El horizonte de páginas en blanco me pareció negro. Pero al final no lo fue tanto. Pensé que agosto no terminaría nunca y, sin embargo, sin darme cuenta se esfumó (y con él mis 26...). Ahora empezamos septiembre y este mes -ahora sí- sé que se me va a hacer cuesta arriba. Porque hay cosas que no cambian y me conozco, sé que como en otras ocasiones, septiembre es siempre un mes de toma de decisiones, algo que en este nuevo inicio se repite. Y una -para la que la decisión no es precisamente su gran virtud-, no lleva bien esos momentos, por muy bien que sí lleve los cambios. A esto se le suma ausencias que no me deberían afectar pero lo hacen, me desmotivan; y conocimientos/presentimientos que, a su vez, fomentan el ocaso, las contradicciones. Además, cambia el clima y el espíritu se enturbia. Ganesh es el Dios hindú de los buenos comienzos. Igual me agarro a él, a ver si me inspira.
¿Sos española?, me preguntó el uruguayo
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"*La utopía está en el horizonte*. Camino dos pasos, ella se aleja dos
pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve
la utop...
Hace 3 meses
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