Las chicas Gilmore fue una serie estadounidense que se emitió entre los
años 2000 y 2007. Aunque había visto algún capítulo de
adolescente fue hace unos meses cuando estos capítulos llegaron a mis manos. Lorelai
tuvo a Rory con 16 años y la serie comienza cuando la hija cumple
esa edad.
La serie aborda la relación entre la madre y la hija y sus
experiencias de vida en un pueblo, Stars Hollow (Connecticut), donde
todos los personajes son tiernos y excéntricos. Los amigos, los abuelos, los
novios, las rupturas, el instituto primero, la universidad después,
las ganas de Rory de convertirse en una gran periodista, el objetivo
de Lorelai de montar su propio hotel, los sueños, las decepciones,
las expectativas son algunos de los recorridos que hacen los
personajes.
Son siete temporadas en las que Rory deja de ser una
adolescente dulce y estudiosa para convertirse en una joven un poco
perdida en busca de sus pasos y su madre se pone al mundo por
montera para lograr sus objetivos aunque no tenga la ayuda de nadie.
A una buena trama se le suman unos diálogos alegres y muy rápidos
y unas actuaciones impecables. Divertida, tierna, dulce, ágil y efectiva.
Así, las chicas Gilmore me han acompañado en los últimos meses
haciendo más ameno un final de verano que se ha hecho bastante
largo, me he adentrado en la ficción para escaparme un poco de una realidad asfixiante. Connecticut podría ser un bonito lugar para explorar...
Cualquier lugar, probablemente, sería en estos
momentos un buen sitio para perderse...y avanzar.
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