A veces los intereses -y pensamientos- se entremezclan,
el oficio de escribir (sobre otros) se complica, las presiones -de un
lado y del contrario- empujan en direcciones que no alcanzan ningún
punto en común. La coherencia o la ausencia de lágrimas. Es
difícil. No es fácil.
Batalla de poderes. O individualidad. Decidir si arriesgar o no, o simplemente saber dónde termina la línea de la profesionalidad y empieza la de
la ética. La fuerza frente a la debilidad.
En las facultades de Periodismo no enseñan a tomar
decisiones ni a hacer frente a las consecuencias. Supongo que crecer
-profesionalmente hablando- es también perder peleas, agachar la
cabeza y no encontrar el camino adecuado.
Perderte en tu caos de periódicos y vida.
Pensar, aunque sea por unas
horas, que nada de esto que amas merece la pena; para empezar, porque
no estás a la altura, o porque -tan fácil y tan complicado- no
estás dispuesto a esforzarte por estarlo. Recordar mil citas sobre
'plumillas', pero que hoy ninguna encaje.
Tres horas después...
Y la cita apareció. Siempre aparece, aunque sea por puro 'realismo mágico'.
"El periodista es una especie de hombre de confianza que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza de estas para luego traicionarla son remordimiento". (Janet Malcolm)
Sólo que no siempre se traiciona, y esa 'no traicción' te convierte, supongo, en peor periodista.
Tres horas después...
Y la cita apareció. Siempre aparece, aunque sea por puro 'realismo mágico'.
"El periodista es una especie de hombre de confianza que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza de estas para luego traicionarla son remordimiento". (Janet Malcolm)
Sólo que no siempre se traiciona, y esa 'no traicción' te convierte, supongo, en peor periodista.
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