El ciudades, un brindis con licor café. El vacío con-sentido. Un 3%, las explicaciones. Lo no dicho, por miedo, por vergüenza. Lo repetido. Lo congelado y lo derretido.
Un cuento, un goteo. Un abrazo. Dar las gracias, de corazón.
Debería estar, a estas horas, en Huelva. Y estoy, sin embargo, mirando al mismo mar de todo el verano. No sé si ha sido un fallo en la dirección asistida de un coche en préstamo o el subconsciente lo que me ata a este lugar. Se ralentiza la despedida.
La última firma y un café con una tarta de almendras. El olvido. El recuerdo. Las empanadas que sustituyeron a las croquetas del primer día. Las comidas con discusión incluida en el menú.
Bajar al contenedor de reciclaje cerca de tres bolsas llenas de periódicos. Esa es la señal del ineludible final.
Pero hay más: La actualidad, la vocación, los consejos susurrados (o a gritos), la emoción.
No hubo ruedas de prensa, no hubo demasiada calle, vale. Pero hubo mucho más. Me sentí arropada. Me sentí integrada. Me sentí periodista.
Cafés de máquina en rondas de sección. Páginas enviadas. Páginas recibidas: Textos. Fotos, ecuadres, apuntes.
Titular, antetítulo, subtítulo, entradilla, sumario, filete, ladillo, paquete, columna, robapágina. ¿Un "stig" 20?
Entre llamadas de teléfono y testimonios vas apartando la vanidad en forma de aprendizaje, de observación constante.
Leer entre líneas una mirada. Sentarse en la mesa y reír. Cotillear, pasearse. Pelearse y estresarse. Ahogarse en un vaso de agua. Mojarse bajo un chaparrón. El infinito y los porcentajes extraídos de un boletín oficial. Presentir y callar. Editar páginas.
Galicia, sección y país. Imaginar...
Una lista que habla de entrevistas, de tiempos muertos, de entrecomillados, de ideas ambiguas, de colores. Cambios de mesa, escritos desordenados, ilusiones.
Un mapa que ya no necesito porque ya sí sé donde queda cada lugar. Un autopista con parada cerca del corazón y, por supuesto, de peaje. Un diccionario y un libro de estilo. Recortes.
El azar, los ciclos, la oportunidad.
El cierre, el último cierre.
El PERIODISMO, así, en mayúsculas.
Y una única voz,
2 comentarios:
Pero, Patri. ¿Por dónde andas? ¿Sigues en Galicia? ¿Ya tienes morriña? Que sepas que aquí tienes unos cuantos amigos y que si tú aprendiste, yo también. De hecho, sigo de prácticas, ¿no te lo había dicho? Cuéntame cómo te va, ¿vale?; yo te contaré qué tal el maratón y Venecia (me llevo tu guía). Un besiño bien gordo. Susana
PD: Ya he hecho el Ciudades un par de veces
LUEGO PODRÁS REVIVIRLO
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