"Es que cualquier cosa le hace ilusión", le dice, refiriéndose a mí, mi jefa a Pablo (mi redactor favorito) mientras él se burla un poco de mí. Y es que lo cierto es que me emocionaba muchísimo ir a una reunión "de primera" del periódico.
Cada día, a las 19.30 de la tarde, suena una campana y los jefes de sección se reunen con subdirector, adjuntos, director y demás personal de despacho para "cantar" (explicar, dar titulares) sus temas y debatir entre todos que irá al día siguiente en la portada del periódico.
Durante todo el verano he estado escuchando esa campana y viendo a mi jefa ir y venir de esa sala en la que yo nunca había entrado. Así que llegó el momento de entrar.
Una mesa ovalada gigante, sillones forrados, fotografías de nuestra historia en las paredes y una pantalla hacia la que todos miran. En ella se proyecta la maqueta provisional de la portada del periódico. Mientras, un hombre va escribiendo los temas que se van proponiendo en el espacio en el que quizás podrían ir.
Habla la jefa de economía. La temen todos. A mí me encanta (será porque nunca la tuve de jefa). Tiene fuerza, garra. Van colocándose sus temas hasta llegar al más polémico. Lo que finalmente quedará metido en la parte inferior de la página bajo el titular de "La Xunta se opone a que Caixanova se integre en una alianza con cajas no gallegas", da que hablar. El director no termina de verlo claro y pide que llamen al redactor que ha escrito la información. Ambos mantienen una explicativa charla, en la que el periodista da cuenta detallada de las fuentes utilizadas y del proceso de elaboración del artículo. El director se queda satisfecho, me mira a mí, espectadora pasiva de la escena, y me dice: "para que veas lo en serio que aquí nos tomamos el contrastar fuentes". Yo, que continuo emocionada, sonrío y asiento.
La jefa de economía sigue con sus temas. Canta: "Europa autoriza a Zeltia a vender en el Yondelis como fármaco contra el cáncer de ovario". Así queda, pero realmente no lo cuenta así. Hasta que la noticia se fija con ese titular pasan mil enfoques, mil palabras y hasta el debate sobre si el tema es de Economía o debería haberlo llevado Sociedad. La jefa de economía defiende, con uñas y dientes, que es de su competencia. Si ya decía yo que era una mujer potente...
Luego se cuela el jefe de Nacional. Va rápido, la información gallega prima sobre historias nacionales. Poca cosa interesante en Deportes, accidentes repetidos y glorias locales.
Y llega mi momento esperado, el de ver a mi jefa en acción, defendiendo lo suyo.
He de decir que tiene al poder de su parte, la sección de Galicia es el corazón de La Voz. "Te estamos reservando la portada", le dice el director. "Como a mí me gusta", responde ella.
Zona cero del incendio, Educación, Feijoo... No hay tema claro. Llaman al editor de fotografía.
Las instalaciones portuarias están como primera opción. Pero las fotos, demasiado políticas con el primer plano de Feijoo, no convencen al director. Optan por una foto del incendio, 18 horas después de originarse aún siguen los bomberos apagando fuegos. Finalmente, aunque cuando yo salí de aquella sala, el fuego quedaba colocado en la foto de portada, a la mañana siguiente era la foto del puerto la que reinaba en primera. El incendio, eso sí, quedaba en titulares, finalmente así: "El incendio de la fábrica de Boiro continuaba activo anoche tras más de 30 horas".
Decidida la foto de portada, la atención se centra en la noticia principal. Mi jefa canta sus temas hasta que, de pronto, el director, con una sonrisa de satisfacción, señala y dice: "Ahí tenemos la noticia de portada".
Después de varias vueltas -no hay nada tan complicado como escribir titulares-, se queda en "Feijoo quiere dejar para el 2010 el debate sobre la titulación de Medicina en A Coruña y Vigo" (Aunque el Vigo también desapareció en algún momento).
Prácticamente, la portada está hecha. Antes de la reunión de primera, ya ha habido a lo largo de todo el día un montón de reuniones y todo el mundo sabe más o menos bien qué está pasando en el mundo y qué y cómo el periódico va a contarlo.
Mi jefa abandona la reunión y yo, con ella. He podido comprobar en primera persona como la portada es un trabajo de todos. Como el director tiene la última palabra pero es fácil de convencer siempre y cuando se le den los argumentos correctos y razonados. He visto como cada jefe, a pesar de sus apariencias, metidos en acción defienden a sus noticias, y a sus cachorros, como si el líder de una manada se tratase.
La calidad y el cuidado esmero que se pone en cada mínimo detalle es una de las cosas que más han llamado mi atención haciendo prácticas en este periódico. Y la labor de realizar la portada es prueba evidente de ello. Razonamientos, debates, y lealtad se han conjugado. Y salgo de la reunión creyendo en el Periodismo, totalmente ilusionada. Será eso, que me ilusiono con cualquier cosa.
Cada día, a las 19.30 de la tarde, suena una campana y los jefes de sección se reunen con subdirector, adjuntos, director y demás personal de despacho para "cantar" (explicar, dar titulares) sus temas y debatir entre todos que irá al día siguiente en la portada del periódico.
Durante todo el verano he estado escuchando esa campana y viendo a mi jefa ir y venir de esa sala en la que yo nunca había entrado. Así que llegó el momento de entrar.
Una mesa ovalada gigante, sillones forrados, fotografías de nuestra historia en las paredes y una pantalla hacia la que todos miran. En ella se proyecta la maqueta provisional de la portada del periódico. Mientras, un hombre va escribiendo los temas que se van proponiendo en el espacio en el que quizás podrían ir.
Habla la jefa de economía. La temen todos. A mí me encanta (será porque nunca la tuve de jefa). Tiene fuerza, garra. Van colocándose sus temas hasta llegar al más polémico. Lo que finalmente quedará metido en la parte inferior de la página bajo el titular de "La Xunta se opone a que Caixanova se integre en una alianza con cajas no gallegas", da que hablar. El director no termina de verlo claro y pide que llamen al redactor que ha escrito la información. Ambos mantienen una explicativa charla, en la que el periodista da cuenta detallada de las fuentes utilizadas y del proceso de elaboración del artículo. El director se queda satisfecho, me mira a mí, espectadora pasiva de la escena, y me dice: "para que veas lo en serio que aquí nos tomamos el contrastar fuentes". Yo, que continuo emocionada, sonrío y asiento.
La jefa de economía sigue con sus temas. Canta: "Europa autoriza a Zeltia a vender en el Yondelis como fármaco contra el cáncer de ovario". Así queda, pero realmente no lo cuenta así. Hasta que la noticia se fija con ese titular pasan mil enfoques, mil palabras y hasta el debate sobre si el tema es de Economía o debería haberlo llevado Sociedad. La jefa de economía defiende, con uñas y dientes, que es de su competencia. Si ya decía yo que era una mujer potente...
Luego se cuela el jefe de Nacional. Va rápido, la información gallega prima sobre historias nacionales. Poca cosa interesante en Deportes, accidentes repetidos y glorias locales.
Y llega mi momento esperado, el de ver a mi jefa en acción, defendiendo lo suyo.
He de decir que tiene al poder de su parte, la sección de Galicia es el corazón de La Voz. "Te estamos reservando la portada", le dice el director. "Como a mí me gusta", responde ella.
Zona cero del incendio, Educación, Feijoo... No hay tema claro. Llaman al editor de fotografía.
Las instalaciones portuarias están como primera opción. Pero las fotos, demasiado políticas con el primer plano de Feijoo, no convencen al director. Optan por una foto del incendio, 18 horas después de originarse aún siguen los bomberos apagando fuegos. Finalmente, aunque cuando yo salí de aquella sala, el fuego quedaba colocado en la foto de portada, a la mañana siguiente era la foto del puerto la que reinaba en primera. El incendio, eso sí, quedaba en titulares, finalmente así: "El incendio de la fábrica de Boiro continuaba activo anoche tras más de 30 horas".
Decidida la foto de portada, la atención se centra en la noticia principal. Mi jefa canta sus temas hasta que, de pronto, el director, con una sonrisa de satisfacción, señala y dice: "Ahí tenemos la noticia de portada".
Después de varias vueltas -no hay nada tan complicado como escribir titulares-, se queda en "Feijoo quiere dejar para el 2010 el debate sobre la titulación de Medicina en A Coruña y Vigo" (Aunque el Vigo también desapareció en algún momento).
Prácticamente, la portada está hecha. Antes de la reunión de primera, ya ha habido a lo largo de todo el día un montón de reuniones y todo el mundo sabe más o menos bien qué está pasando en el mundo y qué y cómo el periódico va a contarlo.
Mi jefa abandona la reunión y yo, con ella. He podido comprobar en primera persona como la portada es un trabajo de todos. Como el director tiene la última palabra pero es fácil de convencer siempre y cuando se le den los argumentos correctos y razonados. He visto como cada jefe, a pesar de sus apariencias, metidos en acción defienden a sus noticias, y a sus cachorros, como si el líder de una manada se tratase.
La calidad y el cuidado esmero que se pone en cada mínimo detalle es una de las cosas que más han llamado mi atención haciendo prácticas en este periódico. Y la labor de realizar la portada es prueba evidente de ello. Razonamientos, debates, y lealtad se han conjugado. Y salgo de la reunión creyendo en el Periodismo, totalmente ilusionada. Será eso, que me ilusiono con cualquier cosa.
1 comentario:
ASI DEJAS CONSTANCIA PUES ES UNA CLASE DE PERIODISMO EN DIRECTO Y GRACIAS
BESOS CON ABARAZO
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