miércoles, 27 de enero de 2010

La scusa che non sapevo inventare...

«Essere amici. Amici veri. Cercarsi ogni momento, fare tutto insieme un po' come le Onde e Carolina, Alis e Clod. Confidare una sciocchezza o qualcosa d'importante, stare ore al telefono, a chattare e poi vedersi, che il tempo sembra non bastare mai.
"Un amico lascia la torta sul tavolo della cucina, un vaso di fiori freschi vicino al letto e un messaggio per darti il benvenuto a casa. Un amico è l'unica persona che faresti entrare in casa quando metti ordine nei cassetti. Un amico porta con sé la lista dei libri che stai cercando. E tu hai la sua. Un amico piange con te la morte del tuo gatto. Un amico ti può telefonare alle undici di sera per farti sentire il suo usignolo" scrive Pam Brown ed è davvero così.
L'amicizia pretende attenzione, lealtà, priorità, vicinanza, contatto, scelta. E soprattutto chiede di non vergognarci mai di dire che qualcuno è nostro amico, se lo è. Un amico va onorato, celebrato, difeso in pubblico, un amico ci fa sentire orgogliosi di lui e siamo orgogliosi di poterlo dire. Un amico è la mia parte migliore, mi fa crescere, mi dice le cose come stanno, non mi giudica ma mi osserva. Un amico è il mio fiore all'occhiello, il mio abito più bello, la parola che non mi veniva in mente, la scusa che non sapevo inventare per salvarmi. Un amico mi rende fiero di lui e di me stesso per averlo scelto!»

Texto escrito por el italiano Federico Moccia, en su blog. Hoy, el escritor, que está presentando su nuevo libro, ha sido entrevistado por los lectores de El País.

domingo, 24 de enero de 2010

La semana en una lista

1 - Los días pasan a una velocidad desmesurada. Uno tras otro. Intensos, contradictorios, descabellados.
2 - Paz tiene alma de periodista y hace preguntas todo el rato. Preguntas inteligentes, quizás porque tiene doce años y aún no está demasiado contaminada por la realidad.
3 - En Fitur, la mirada se me va hacia Argentina.
4 - Me dicen: "Qué ojeras tienes". Producto de las pocas horas de sueño, supongo.
4 - Nos dicen:  "Seréis verdaderos periodistas cuando hayáis dejado cinco veces plantado al novio con las entradas de cine en la mano".

6 - Hay que hacer cinco (buenas) preguntas al día. Y lo más complicado: encontrar a quien te las pueda responder. "En la re-pregunta está el éxito".
7 - Los amuletos no están trayendo la mejor suerte. Se está perdiendo el color entre la confusión, la impaciencia y el desconcierto.
8 - Elegir sección se está convirtiendo en una paranoya. Cultura acaba siendo un desfile de vanidades. Sociedad queda relegada al Papa y a los Reyes. Local en Madrid es invisible. Internacional va a convertirse en meter teletipos de los corresponsales. Nacional es ser vocero de políticos. Enfoque, Opinión, Gente, Deportes... el periodismo no tiene presente. Qué caos. Y eso que hoy es San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
9 - Las críticas que no asimilo bien me pesan y, amontonando libros y bolígrafos, me muevo de una parada a otra en un metro que llega a un destino equivocado. Traición del subconsciente.
10 - Leo en un libro: "No creo en las etiquetas, pero sí creo en las listas, me encantan".

domingo, 10 de enero de 2010

Huelva-Madrid (Cáceres)

En algún lugar de la provincia de Cáceres, sana y salva.
340 kilómetros en 9 horas.
Nieve en Sevilla y nieve durante toda la eternidad. El marcador del kilometraje sosteniéndose en el vacío; el reloj, con prisas. Una segunda marcha infinita. Y como una peonza, girar sobre mí misma, dos vueltas, hacia la mediana. Un frenazo a cámara lenta y salvarme del golpe en un susurro.

Perdidas las posibilidades de llegar a tiempo a Madrid, escribo desde una acogedora habitación de un hotel de carretera y ceno un consomé caliente para frenar el frío que sube por los pies. Solitarios conductores a mi alrededor. Alguien, igual de desorientado que yo, pregunta por una habitación. No ha tenido suerte. No quedan camas libres.

La noche es negra y blanca. Las paredes confían las conversaciones telefónicas. Todas dicen lo mismo: Conduce con cuidado. Paciencia... Me temo que mañana el coche estará escondido debajo de una capa de nieve. Y que mi primer día de periódico no será mi primer día.

Soy una chica con suerte. Me resguardo de la helada noche en una habitación cálida y he sobrevivido a un día horroroso. Mañana más, y esperemos que mejor. Buenas noches y buena suerte.

domingo, 3 de enero de 2010

Empezar el año



Uvas atragantadas. Luces. Expectación. El reloj de la Iglesia Mayor de San Fernando entraba en el 2010 al ritmo de unas campanadas desordenadas y con la euforia de celebrar el bicentenario de las Cortes de Cádiz uniendo a los isleños. El Canal Sur desde el ventanal del hotel y en la plaza donde otros años se mecía el Belén viviente, jolgorio y griterío.

Matasuegras, gorros para la lluvia y botellas de sidra compartidas a morro. Todos a una. Abrazos, besos y llamadas de teléfono a los que están lejos. Ilusiones compartidas y deseos pedidos al viento. Fuegos artificiales. Color.

En la plaza, la isla cobra vida ajena a la lluvia, está, por unos instantes, siendo la protagonista de la historia. Después vendrá la calma, y el chaparrón resguardado en los soportales, pero el 2010 está entrando y las fachadas de los edificios históricos se llenan de buenos augurios.

En la mente, los propósitos compartidos por todos. Adelgazar, hacer más deporte, dejar, si es el caso, de fumar, o fumar menos. Viajar, dar cariño. Leer más, soñar más, sonreír más. Enfadarse menos, gritar menos, llorar menos. No mosquearse con los amigos, llevarse bien con la familia. Ser más bueno, y más buena.
En el corazón, los propósitos personales, las reconquistas, las utopías, las ilusiones.

Y empezar el año con un brindis, con un suspiro, con una sonrisa, con un abrazo.
Y regresar por las calles conocidas y pisar bien el terreno. Y aprovechar que escampa para jugar a ser niños, para correr sin frenos, para fluir. Y compartir cervezas, té, soledades, aromas. Y recibir sorpresas inesperadas, y reencontrarse, y disfrutar aunque estés temblando o aunque tengas miedo. Y ser valiente. Y aprovechar la magia para estar agradecido.
Y empezar el año, sí, con buen pie, con alegría. Deseando... Con ganas, con optimismo.