domingo, 27 de enero de 2008

Concentración cero

Abstracción. Absenta con LCD.
Mentira, sólo eran palabras.
Biología. Física.

Ni así uno se concentra. Números, estrategias, tácticas, recursos ¿Conthe y Porter? Horror.

Pensamientos.

Alejandro se pierde tras la máscara blanca. Jorge vuelve de París.
El gato está aprendiendo a ladrar.

¿De dónde viene lo de desconcertarse hasta con el zumbido de una mosca?

Retroceso de unas horas. Fascinación. Qué sabios, qué puros, qué vitales. Te entran ganas de tener quince años más.

La abstracción no es tal.

Estoy aprendiendo a trasladarme a los países mirándolos en el mapa que cuelga sobre la pared. En exámenes debería descolgar las fotos y los carteles para no irme con ellos.

Hoy hace un mes.

Maldita excesiva imaginación.

¿Adaptarse? Tampoco es eso.
Como vuelva escuchar al gato ladrar me voy a la cama.

Tengo nueve libros, dos carpetas, seis periódicos y un centenar de folios sobre la cama. Soy de letras, diga lo que diga Darwin… Si es que estudiar fórmulas matemáticas no puede sentar bien.

Definitivamente, me voy a la cama.
Mente en blanco.
Maldita utopía.

viernes, 25 de enero de 2008

Propaganda y Periodismo

América… o nazis o fascistas o bolcheviques o franquistas o castristas…

Los sistemas absolutistas, las dictaduras y cualquier forma de gobierno que impida la libertad, utiliza la Propaganda como aliada... En los sistemas democráticos manipulan en nombre de esa misma libertad… ¿Pero eso es Periodismo?... Yo creo que no, que eso es otra cosa.

Es Literatura… desde el momento en que Miguel Hernández lee por radio sus poemas para animar al bando republicano.

Es Economía… sobran las palabras.

Es Publicidad… como medio de vender las ideas.

En 1956 el periódico London se hace eco del experimento llevado a cabo por James Vicary en un cine de New Jersey durante la proyección de la película Picnic. Habían intercalado un fotograma con el mensaje “Bebe Coca Cola y come palomitas”. El fotograma no era perceptible al ojo humano pero sí al subconsciente. Las ventas de Coca Cola aumentaron un 18% y las de palomitas, un 56%. El mito subliminal nació.

Poco antes de morir, James Vicary confesó a la revista Advertising Age que nunca introdujo tal fotograma, que todo se lo había inventado. Sin embargo, aún se da por valida la publicidad subliminal.

Cuando se propagan las ideas se está manipulando a las personas. Se hace creer que aquello es cierto. Y aunque después se desmienta, ya siempre será cierto.

Pero eso no es tampoco Periodismo.

Es sobre todo Militancia, Política. Que los medios fueron el soporte de la propaganda…vale, sí…, pero no la materia, no la intención, no el fondo... ¿no?

Porque si eso es Periodismo y la manipulación consciente es la finalidad de los medios…

Porque si entre la “Prensa propagandística” no había periodistas (no digo medios de comunicación, que digo periodistas) que buscarán la autenticidad, más allá…

Porque si las referencias son éstas, son los propagandistas, y es Hearst, y es Pulitzer, y son los gacetilleros venecianos de antaño, y son los… “como está el patio ahora”…

Porque entonces, si el Periodismo es esto, repito, si la coherencia no tiene cabida, si la ética es tán sólo una asignatura "María" de las de 4º..., si los principios son estos, “pero si no le gustan, tengo otros”…

Si Periodismo es esto, entonces, apaga y vámonos… porque asumes, o cambias de profesión, o te pegas un tiro a lo Larra.

miércoles, 23 de enero de 2008

Piedras

"...y por fría que fuera mi noche triste,
no eché al fuego ni uno solo
de los besos que me diste."

sábado, 19 de enero de 2008

Uno de cada cinco alumnos sufre estrés en exámenes


Comerse las uñas impulsivamente, morderse el pelo, tocarse la ceja, tembliquear las piernas… es época de exámenes y los estudiantes están a punto de estallar; los alumnos fotocopian los últimos apuntes; las aulas, que han estado todo el año vacías, se llenan de chicos y chicas histéricos con la esperanza de que en la última clase se den pistas sobre qué entrará en el examen, y en las bibliotecas no cabe nadie más.

El estrés y la ansiedad son los males del siglo XXI. En Europa lo padecen 7.000 personas; concretamente en España, el 84% de sus habitantes lo han sufrido alguna vez, siendo las profesiones de docencia, sanidad y periodismo las que se llevan los índices más altos. Pero además durante este mes, un 20% de los alumnos universitarios españoles se sienten estresados. Febrero y junio son los meses en los que se amontonan los apuntes y se estudia todo lo que no se ha estudiado durante el curso.

Se dice aquello de “aprovecha estos años que serán los mejores de tu vida”, y es que los estudiantes tienen fama de vivir “la buena vida”, fiesta y amigos; pero este mes es la excepción, es el mes de los atracones de letras, fechas y fórmulas. Los profesores observan a los alumnos más inquietos y nerviosos, es una respuesta defensiva para resolver el problema inmediato que es el examen.

Fenómenos como “quedarse en blanco” o tenerlo “en la punta de la lengua” son respuestas emocionales comunes, como consecuencia a memorizar a última hora en lugar de un aprendizaje progresivo y planificado. “En la cabeza cabe todo siempre que se guarde en la memoria a largo plazo asociando lo nuevo y lo que ya se sabe”, aseguran los psicólogos.

Hay quienes relacionan este problema con el actual sistema educativo, que hace sentir al estudiante que tiene que esforzarse en superar exámenes en lugar de transmitirle que es un proceso diario de adquirir conocimientos. A este respecto, la Unión europea ha aprobado implantar antes del 2.010, un modelo educativo de Universidad Europea, que proviene del convenio de Bolonia. Plantea un modelo educativo basado en el aprendizaje diario a base de trabajos prácticos y evaluación continua donde prácticamente desaparecen los exámenes, y el docente ejerce un papel de tutor.

Que la ansiedad no gane al alumno es el objetivo de los cursos que se realizan estos días para enseñar a los alumnos técnicas de autocontrol y resolución de problemas. Los profesionales aconsejan instrucciones como descansar diez minutos cada hora de estudio o nunca repasar justo antes del examen. Dicen que lo ideal es estudiar durante el curso. Ahora llega un nuevo cuatrimestre para planteárselo, y si no, siempre quedará septiembre.

lunes, 14 de enero de 2008

Surcando mares...

Toda la vida gritando. Los años pasaban al ritmo que pasan los años, con sus doce meses, sus cincuenta y dos semanas. Gritaba no porque no fuese feliz, que sí que lo era, sino porque quería ser libre, y con diez años, con quince luego, no sabía lo que significaba ser libre. Pero me gustaba la palabra LIBERTAD, sonaba a ilusiones, a vuelos sin motor, y yo, volar, era lo que más deseaba.

Quería cumplir la mayoría de edad para volar del hogar, para inventar mi vida, para sino ser, al menos creerme libre. Siempre pedí libertad, autonomía e independencia. No sabía bien qué significaban esos términos pero me sonaban a gloria. Al principio me la suministraban en pequeñas dosis, "es peligrosa tomarla sin control", me prevenían quienes me querían. Con los años cada vez pedía más, alimentaba mis sueños, creía ser dueña de una seguridad irrevocable. Y así fui aprendiendo a andar sola, las alas terminaron de crecerme y las alcé para tocar el cielo, para surcar los mares. Volé más alto cada vez, más lejos del hogar. No era algo sólo físico, la libertad es una sensación, que a veces no puede tocarse pero se siente en nuestro interior, agarrada a nuestras entrañas.

Para que nada me atara, me prometí no unirme a nada. No enamorarme, no encapricharme, no tener amigos demasiado profundos, no sentir demasiado cariño ni demasiado amor. Pero no lo logré... quise y me quisieron. Comprobado que no podía controlar el no sentir me decanté por dejarme envolver por mis sentimientos. Querría pero controlando… yo sería la que tendría el mando. Nada ni nadie lograrían amarrarme a un lugar o a un puerto o a una vida o a una persona. Mis alas nunca dejarían de volar. Era lo que había planeado para mí, y no sabía que el simple hecho de planearlo, ya me estaba amarrando.

Viví y surqué mares y de pronto me encontré perdida. Echaba de menos familia y amigos, sentía la necesidad de sentirme cómplice, de estar a su lado, de sentir sus pieles y sus abrazos. Descubrí la necesidad de que me quisieran, de hallarlos cerca, de sentirme arropada. Y esas emociones me desconcertaron porque chocaban con las ideas que tenía sobre lo que debía sentir.

Y abrí los ojos. Me ensañaron entonces que no éramos nuestras emociones, ni éramos nuestro cuerpo, ni nuestra mente… que éramos mucho más, un conjunto de todo, y que todo se hallaba ante nosotros.

Y que lo mismo era, la misma cosa al fin… amar que ser libre.

domingo, 13 de enero de 2008

Te llaman porvenir... DE LIBROS


"Te llaman porvenir

porque no vienes nunca…” rezaba el poeta, sin embargo, el porvenir vino.

"...que la aventura acabará, sin duda,

como debe acabar, como está escrito,

como es inevitable que suceda.”

Y terminó su aventura, su transcurrir por la vida, y le llegó, ayer, la muerte.

Descubrí a Ángel González en el instituto, hice un trabajo sobre su poesía y despertó en mí ganas de más, que suavice leyendo más y más… A lo largo de mis años de lectora, nuevos descubrimientos he ido hallando, siempre emocionada.

Estas Navidades le pregunté a mi madre si recordaba cuál era el primer libro que yo me había leído pero no supo darme respuesta. Así que intentando recordar después de cuentos de Disney y comic de Zipi y Zape, con plena consciencia de cuanto leía, cuál habría sido, supuse que el primero, en torno a los nueve años, habría sido Los cinco y el tesoro de la isla. Devoré después toda la colección de Los Cinco de Enid Blyton y muchos de de Los Siete Secretos.

Los poemas y leyendas de Bécquer también deben rondar la niña de aquellos años. En el colegio leía a Machado y rebuscaba entre los libros de mi madre.

No me gustaba Juan Ramón Jiménez porque compartíamos ciudad y odiaba los poemas de García Lorca que me parecían muy traumáticos. Las novelas que nos obligaban a leer me daban coraje y me parecían estúpidas historias de amor. Prefería investigar por mi cuenta en casa o en la biblioteca del barrio, entre libros de los que ya olvidé su nombre.

En el instituto ya era una asidua lectora, y en el último año, las clases de lengua y literatura me enamoraron, conecté por primera vez con los autores que ya antes había estudiado sin agrado y con algunos nuevos… me enamoré de los poemas de Ángel Gonzalez, de Luis Cernuda, de Pedro Salinas, de Mario Benedetti, de Pablo Neruda…(“Para que nada nos separe, que no nos una nada”), y sobre todo, me obsesioné con Valle Inclán y con Historia de una escalera de Buero Vallejo.

Me impresionaron tanto aquellas clases que acabé repentinamente matriculándome en Filología Hispánica como solución a la falta de nota para Periodismo. Pero no es lo mismo leer a que te obliguen a leer… eso le quita todo Romanticismo.

Demasiada Edad Media cuando yo me quería leer todas las novelas de escritores contemporáneos que estuviesen relacionados con el Periodismo o con viajar, a lo Maruja Torres. Mujer en guerra fue un antes y un después.

Tengo enormes lagunas en literatura extranjera… esa horrible torre de Babel. Los poetas y novelistas extranjeros son para mí aún desconocidos. Tiempo al tiempo.

Cuando descubres los textos de un autor/a que conectan con tu alma, esa sensación es única, por eso me gusta leer.

Teatro es lo que más he leído, a pesar de que considero que el teatro es para levantarlo del papel y hacerlo vida. Estoy enamorada de Medea, la de Seneca o las contemporáneas y de Yerma de Lorca, y del ardiente teatro de August Strindberg. Adoro el teatro, por eso lo abandoné.

Más adelante, lejos de Andalucía, de las pedanterías de las filologías y las vanidades de los teatros, me sumergí por fin en la Comunicación. Aprendí a aprender leyendo, a informarme. Me apasioné por las biografías, por los libros sobre viajes, por los ecos del Periodismo siempre presente.

Dejándome aconsejar entré en la literatura si no más filosófica, sí más transpersonal, palabras que en Andalucía aún no estaba preparada para comprender, pero en Segovia sí, la que va más allá del yo en busca de la conciencia y de la armonía.

Me gusta leer y escribir pero no me gusta estudiar, ni que me impongan las cosas, por eso (entre otros aspectos más cercanos a la desilusión y a las faltas de éticas), las carreras, los estudios... siempre me dejan un tanto distanciada, decepcionada.

También por ello, es en época de exámenes, cuando más me disperso, como ahora, cuando más escribo, cuando más me entretengo, cuando menos estudio.

Este curso también he tenido inmensos descubrimientos… Ryszard Kapuscinski, Julio Camba, Susan Sontag… y ayer mismo, esas cartas de Rilke.

Me gusta anotar citas, palabras, retazos... de los libros que leo, y apuntar sus nombres. (La asignatura de Documentación me hizo muy metódica).

Me gusta que me recomienden libros, y aprender y soñar...

sábado, 12 de enero de 2008

Cartas a un joven poeta


El andar...

"...lleno de angustias infinitas, confusión y desorden... esperando que del exterior llegue la respuesta a unas preguntas, que sólo su más íntimo sentir, en la más callada de sus horas, acierte quizás a contestar... esas preguntas e inquietudes, que por sí mismas y allá en sus profundidades tienen vida propia, nadie puede contestarle."

"...si se atiene a la naturaleza, a lo que hay de sencillo en ella; a lo pequeño que apenas se ve y que tan improvisadamente puede llegar a ser grande, inmenso..."

La espera...

"Tenga paciencia frente a todo cuanto en su corazón no esté todavía resuelto. Y procure encariñarse con las preguntas mismas, como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma muy extraño. No busque de momento las respuestas que necesita. No le pueden ser dadas, porque usted no sabría vivirlas aún -y se trata precisamente de vivirlo todo."

"...Alégrese de su propio crecimiento, en el cual, por cierto, a nadie puede llevarse consigo. Y sea bueno..."

Sufrir...

"... Porque se nos arrebata por un instante todo cuanto nos es familiar, habitual. Y porque nos hallamos en medio de una transición, en la cual no podemos detenernos."

"...Aún hay noches y vientos que van por entre los árboles y por encima de muchas tierras."

Amar...

"También es bueno amar, pues el amor es cosa difícil. El amor de un ser humano hacia otro: esto es quizás lo más difícil que nos haya sido encomendado (…) Así, el amor es por mucho tiempo y hasta muy lejos dentro de la vida, soledad, aislamiento crecido y ahondado para el que ama. Amar no es, en un principio, nada que pueda significar absorberse en otro ser, ni entregarse y unirse a él. Pues, ¿qué sería una unión entre seres inacabados, faltos de luz y de libertad? Amar es más bien una oportunidad, un motivo sublime, que se ofrece a cada individuo para madurar y llegar a ser algo en sí mismo; para volverse mundo, todo un mundo".

"...Si entraña terrores, son nuestros terrores. Si contiene abismos, estos abismos nos pertenecen..."

Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke .

"...siempre se vuelve a pasar con igual asombro a través de tales libros, sin que nunca lleguen a desprenderse de su poder prodigioso, ni pierdan nada del mágico encanto en que por primera vez envolvieron al lector. Es cada vez más intenso el deleite que nos brindan y más honda nuestra gratitud hacia ellos. De algún modo nos volvemos mejores y más sencillos en el mirar; se hace también más profunda nuestra fe en la vida, y en la vida misma llegamos a ser más venturosos, más nobles..."

"Esto es todo cuanto yo pueda decirle hoy."

... Prendada en un instante... y esto es sólo un esbozo... las cartas contienen mucho más.

jueves, 10 de enero de 2008

¿Merece la pena?

Dicen que la principal diferencia entre Periodismo y Literatura es que mientras que la Literatura narra hechos ficticios que parezcan lo más reales posibles, el Periodismo debe narrar hechos reales que resulten lo más inverosímiles posible. Basándose en esta premisa extendida y en ímpetus y vanidades, muchos medios de comunicación han llevado lo inverosímil al extremo haciendo tambalear los límites entre ficción y realidad.

Y en este espacio, bucean nuestros periódicos, nuestras televisiones… se desarrolla nuestra ética… ¿tendremos los medios de comunicación que nos merecemos?… es la eterna pregunta.

Entre la libertad de prensa, la libertad de expresión y el derecho a la intimidad media el respeto… o eso se supone pero… …pero siempre hay peros.

La literatura y el cine han hecho de la profesión periodística un idealizado oficio de bohemios, viajantes, borrachos y utópicos escribientes de Café… a la par que investigadores, inteligentes, valientes, atrevidos…

“La persecución en la noche, la captura del pirómano, toda la aventura, terminaba allí, en aquellas líneas de plomo recién fundidas y moldeadas y que iban a imprimirse, dentro de breves instantes, en el papel blanco, convirtiéndose en un periódico. Antes de una hora, todo estaría listo. La edición de Toulouse brotaría de las rotativas con su sensacional titular a seis columnas.” (Seis columnas en primera, Pierre Gamarra. 1969, Ed. Mensajero. Bilbao. Pág. 217)

Es sólo una nota. Aún hoy, décadas después de aquellos periodistas que encontraban cosas grandes de las cosas más pequeñas, algunos medios quieren utilizar armas similares pero a escalas agigantadas y con prioridad en la maximización de beneficios económicos… y el mito se queda en fraude.

Es curioso que el reconocimiento de profesionalidad periodística esté hoy vinculada a los Premios Pulitzer, unos premios concedidos por primera vez en 1917, y que hacen honor a un hombre que se dedicó a buscar noticia dónde no las había, a poner la guerra donde le hacía falta una noticia, y a crear noticia basándose en todo tipo de calumnias e injurias. Es curioso que su poca ética le diera suficiente dinero como para borrar memorias y ponerle nombre a unos premios que halagaran el periodismo que él nunca hizo. Es ciertamente paradójico.

El periódico alemán Bild-Zeitung, fundado en 1952, ostentaba, al menos hasta el 2004, el primer puesto en cuanto a tirada diaria en Europa y el tercer puesto en el mundo. Considerado un periódico sensacionalista, sus titulares son grandes, su lenguaje claro, y sus historias llamativas… En España, entre los medios más leídos encontramos a las revistas del corazón…. Y de la calidad de la información en televisión… mejor no hablar. Sin olvidar que además España sigue estando entre los países con índices de lectura más bajos…

Si los ciudadanos no están interesados más que en lo morboso, y sus ganas de activar sus estados de conciencia están oxidadas… ¿pueden quejarse de los medios que tienen?

García Lorca decía que el teatro era el termómetro del pueblo… ¿Serán nuestros periódicos, nuestras radios, nuestras televisiones, nuestros portales de Internet… nuestro termómetro?... Porque si es así, las fiebres están muy altas.

Si los periódicos (y medios en general) sólo están preocupados por la necedad, por la calumnia, por los gritos, por la agresividad… Si para entrar en ese juego desleal es para lo que estudiamos Periodismo…

A la pregunta de “¿Por qué has abandonado la profesión? (de Periodista)”, la respuesta que me dieron fue… “Porque no quiero dedicarme a vociferar a los políticos”… Es triste que en eso se haya convertido este oficio de soñadores. ¿Merece la pena, entonces?

Para...



"...desde que intentaron tocar el cielo,
dejamos de entendernos".




"Deben luchar por encontrar su propia voz".

"No leemos y escribimos poesía porque sea bonita, leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana, y la raza humana está llena de pasión".

"Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, porque quería llegar a fondo y extraer todo el meollo a la vida, dejar de lado todo lo que no fuera la vida para no descubrir en el momento de la muerte, que no había vivido" .

"Oh capitán, mi capitán".



Ana - Yo tenía miedo y decía "dejamé meterme en tu cama". Y tú decías medio dormida "Ana, no seas pesada".
Gloria -Y tú dale que te dale.
A - Y al final siempre abrías un hueco y decías "venga, ven".
G - Cuando había tormenta.
A - Sí. Pero me daba miedo cualquier cosa.
G - ¿Ahora también?
A - También, ¿de qué me sirve mentir?

Hakuna Matata

¡Hakuna matata,
una forma de ser!

¡Hakuna matata,
nada que temer!

Desde el día que al mundo llegamos
y nos llega el brillo del sol hay mucho más para ver, de lo que se puede ver… son muchos más los tesoros, de los que se podrán descubrir.

…En el ciclo sin fin, que nos mueve a todos y aunque estemos solos, debemos buscar hasta encontrar, nuestro gran legado en el ciclo, el ciclo sin fin.

Es la noche del amor el cielo trae paz el mundo está perfecto en su quietud con todo en su lugar.

Vive y sé feliz…

domingo, 6 de enero de 2008

Retorno a la medianoche


Medianoche. Como Cenicienta. Realmente es un poco más tarde. Un beso de buenas noches. Y hasta mañana, amigos. Los que lo son, y los que lo aparentan. Una voz conocida al otro lado del teléfono. Hasta pronto, hasta la próxima.
La calle está desierta. Nada que ver con la atosigada tarde de carrozas y gnomos y caramelos. Y esa niña que no paraba de reír a los hombros de su padre, contagiosa risa.
La luz de la luna se refleja en el mar que se asoma a las ventanas de mi coche mientras lo conduzco camino a casa. Los niños duermen. Todos los niños duermen.
El silencio sólo es molestado por el ruido que hace algún coche despistado que se me cruza entre los árboles. Ladridos a la llegada a casa. Uno que no ladra me espera ansioso, dormita en su cojín verde. Verde como la enredadera que sube cada día más por las rejas de mi ventana.
Enredaderas, cactus y un montón de flores de colores. He estado jugando con una tigresa llamada Zafira. Es cierto.
Los cactus me persiguen, púas de desarraigo. Los dejo sobre el poyete blanco de la ventana. Dicen que los cactus dentro de la casa atraen males pero colocados en los ventanales los alejan. Naranja la habitación. Todos duermen ya también aquí.
Me descalzo. Hace mucho que no dejo zapatos para que le echen caramelos. Botas altas marrones, zapatillas de deporte rojas, y las de montar en bici, en gris, las chanclas de la playa, los zapatitos morados, y los botines también rojos de las acampadas.
El reloj de la mesilla de noche marcando el transcurrir del día, y de la noche.
Fin de fiestas. Mañana haremos kilómetros cuesta arriba. Que interminables agonías, qué navidades más ácidas, cuánta tristeza, que miedo volver ahora sola, desnuda, vacía.
Cuánto aprendizaje, qué Navidades más sabias. Qué difícil, qué duro es aprender, crecer.
Leo las dos últimas páginas de un libro antiguo.
Los muros que se alzan, los que derrumbamos, lo que escondemos en cada hemisferio.
He leído y he escrito. He esperado con miedo. No he estudiado nada.
Definitivamente, apago la luz. Subiré, despierta, de nuevo, a esa ciudad de encuentros y anhelos, la idealizada en una adolescencia entre bambalinas, la desconcertante ahora.
El edredón me quita el frío, aquí dentro, arropada, todo es más fácil. Duermo. Buenas noches.

miércoles, 2 de enero de 2008

RECONCILIÁNDOME CON LA VIDA


- Los abrazos… porque son más sinceros que los besos.
- Cuando mi madre se ríe de las cosas absurdas que yo le cuento.
- La cara de felicidad de mi padre cuando mi hermano canta con él.
- Hablar por teléfono con Ale y con Jorge aunque no tengamos nada que decirnos.
- Los cafés con mis chicas segovianas después de los exámenes contrastando resultados, y la llamada previa al examen anticipando preguntas y suavizando nervios... (como los voy a echar de menos este año).
- Quedarme cinco minutos más debajo del edredón.
- Benji (el de la foto)
- Las tabletas de chocolate compartidas.
- Tumbarte en la hamaca en verano, después de comer, al sol andaluz.
- La necesidad imperiosa de pillar el primer papel que tenga a mano y escribir esas palabras que tengo en la cabeza.
- Cuando me quedan 3 páginas para terminar un libro pero decido dejarlo para el día siguiente… y así alargar el placer.
- El buen sabor de boca que te dejan algunos libros, algunas películas, algunas obras de teatro, los minutos posteriores que te quedas en tu mundo, en la recreación.
- Ver el mar desde casa de mi abuela.
- Los gritos en los conciertos.
- Que cubran tus manos frías con las manos calentitas.
- Los tintos de verano en el Zafiro, comprobando que hay cosas que no cambian.
- Las barbacoas en casa.
- Ir en el coche con mi madre y comprobar que nos gustan las mismas canciones.
- Conducir yo sola en el coche y cantar con la música muy alta.
- Que me toquen en el pelo.
- Lo bonita que se queda la ciudad cuando nieva.
- La cara que pones la primera vez que ves nevar.
- Redescubrir a alguien.
- Soñar un viaje antes de realizarlo.
- La canción Mas de cien mentiras de J. Sabina.
- La película Sobreviviré, de Emma Suárez.
- Cuando con sólo cruzar dos palabras con alguien, sabes que conectas con el alma de esa persona.
- Las conversaciones que te dejan con ganas de más.
- Los retazos de poemas, de canciones, de citas, que se te vienen a la cabeza en un momento inesperado.
- El tacto de la piel.
- Las miradas cómplices.
- Los animales que te demuestran más humanidad que los humanos.
- Jugar y correr como cuando tenías 8 años con la excusa de entretener al primo chico o al hijo de...
- Los melocotones con la piel mojada a bocados y en la playa.
- Los recuerdos que reconfortan en lugar de doler.
- Las divagaciones filosóficas de mi hermano.
- Las lagrimas que brotan de reírte a carcajadas.
- El puente Carranza.
- El bon voyage.
- Montar en bici (cuesta abajo y con viento).
- El orgullo tras el trabajo bien hecho.
- Las llamadas a media noche que duran horas.
- El banco de la plazoleta de enfrente del instituto.
- Las acampadas.
- Las guerras de agua.
- Las fotografías que evocan sonrisas.
- La curiosidad.
- La admiración.
- La complicidad, la conexión.
- La escucha.
- Las personas que cuando hablan tienen tal presencia que envuelven todo, que lo inundan de magia.
- Cuando el silencio no incomoda.
- Los me lanzo, no me lanzo... de los primeros besos.
- Las caricias.
- Las dudas.
- Compartir tus secretos.
- Las hogueras, las chimeneas.
- El sol, el mar, los árboles, las flores.
- Acurrucarte con alguien a quien quieres mucho.
- Los instantes de felicidad plena.

Más allá de respirar


Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, quien no pregunta sobre un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe...
Muere lentamente quien no comparte sus emociones, alegrías y tristezas, quien no confía, quien no lo intenta.
Muere lentamente quien no intenta superarse, quien no aprende de las piedras del camino de la vida, quien no ama y deja amar.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Pablo Neruda

Te dejo un beso y un adiós



Aunque ineludible, aunque sabida, la muerte siempre te pilla de imprevisto, te deja ausente, perdido. Y a pesar de ello, la muerte da certezas, la única certeza de la vida.
Sin creer en el destino, sin creer en un Dios, y sin embargo, a expensas de esos hilos, como si desde hace años hubiese intuido el momento del adiós, y lo que él supondría.
Pero el tiempo espera y, a veces, te da la posibilidad de estar preparada, de aprender, de ser consciente y de que, desde ese momento, los bucles de la vida los veas con otros ojos, más apacibles, más serena.

Serenidad, eso te da la muerte, y paciencia, eso te enseña.

Y nos da miedo el olvido, y tememos que la pena ahogue a la alegría, y temblamos porque nos sentimos indefensos... pero, a veces, bastan una caricia, una llamada, un abrazo, una mirada... pequeños gestos que nos devuelven a la vida, para continuar, para recordar a quienes hemos querido, a quienes querremos más allá de la vida, más allá de la muerte.
Y entonces comprendemos que el camino sigue abierto, que vivir merece la pena.